miércoles, 9 de mayo de 2012

El 9 de Mayo de 1860 nacia James Barrie Matthew autor del mitico "PETER PAN"

James Matthew Barrie  nació el 9 de mayo de 1860 para regalar al mundo un personaje inolvidable, Peter Pan el niño que no quería crecer.


 James Matthew fue el segundo de los diez hijos que engendró el victoriano matrimonio formado por el tejedor  Alexander Barrie y la severa  Margaret Ogilvy. Cuando James tenía seis años, su hermano mayor, David, murió en un accidente de patinaje poco antes de su decimocuarto cumpleaños. Su madre, que nunca superó aquella tragedia, ignoró desde entonces al que por fatalidad se había convertido en el hijo mayor.  Cuando se encontraba con él preguntaba de forma reiterada: «David, ¿eres tú, puedes ser tú?» Y Su reacción  al comprobar que se trataba de James eran tan cruel hacia el niño como hacia sí misma producto de una profunda depresión : «Ah, sólo eres tú».

En cuanto al padre, no tenía el menor contacto con ninguno de sus hijos. Fue probablemente esta extrema desatención la que desencadenó en James un enanismo psicogénico: nunca alcanzó la pubertad y su crecimiento se detuvo en un metro cuarenta y siete. A pesar, o tal vez a causa, del desamor del que fue víctima por parte de su madre - víctima a su vez de su propio dolor -, siempre sintió hacia ésta una adoración sin límites.  Reverenció asimismo, con una obsesión casi enfermiza, al hermano muerto, hasta tal extremo que ese niño que nunca acabó de crecer -muriendo por tanto en una absoluta perfección- , renació posteriormente en la figura de Peter Pan.

Homenaje a MAURICE SENDAK "Donde Viven Los Monstruos"

Ayer falleció MAURICE SENDAK autor del albúm ilustrado "DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS" uno de los grandes simbolos de la Literatura Infantil y Juvenil.
Sendak  nació en Nueva York en 1928 el mismo día que Mickey Mouse, al que admirará de por vida. Fue hijo de una familia de emigrantes judíos polacos y su infancia también estuvo habitada por los cuentos que su padre le contaba sobre las tradiciones judías. Como todos los niños, desarrolló pronto una gran afición por la pintura y, en sus primeras obras, usaba recortes de periódico que luego transformaba en pequeños libritos encuadernados por él mismo.Como hijo de emigrante, su cultura se vio pronto enriquecida por textos provenientes de la vieja Europa, de una forma de contar y narrar que le acompaño durante toda su vida. Sendak no piensa que a los niños haya que protegerles de la vida, y así, los deja abiertos a sus contradicciones, explorando el mundo de los sueños y los deseos. 
Una de sus obras más emblemáticas fue "Donde viven los monstruos", donde relata el viaje interior de un niño para dominar sus temores.
"Cuando Max se puso su disfraz de lobo le entraron unas ganas irrefrenables de hacer travesuras, y
 entonces su madre le llamó «¡MONSTRUO!» y Max le contestó «¡TE VOY A COMER!». Y le castigaron
 enviándole a la cama sin cenar. Encerrado en su habitación, Max imagina que navega lejos, a un
 mundo de monstruos donde él es el rey de todos."
 Lectura recomendada de 0 a 6 años. En nuestra  biblioteca lo podeis encontrar.


 

PREMIO "VIII CONCURSO DE RELATOS CORTOS" en la Feria del Libro de Cáceres, para Mª ISABEL DURÁN HERNANDEZ

Nuestra querida y antigua alumna Mª ISABEL DURÁN HERNÁNDEZ ha sido la ganadora, este año,  del "Concurso de Relatos Breves" que ha convocado La Feria del Libro de Cáceres, en la Modalidad B para alumnos de 3º y 4º de la ESO y Bachillerato. Mª Isabel cursa actualmene 4º de la ESO en el IES "Norba".

¡Enhorabuena Isabel! y sigue escribiendo, que esto... ¡promete!


  A continuación podeis leer el magnifico relato que presentó y con el que  ha alcanzado  este bonito premio.


ANTÍGONA

Todo quedó reducido a cenizas. Miles de las más impresionantes historias y cientos de vidas encontraron el final aquel funesto día. La Muerte y la Destrucción se abrieron paso por las grandes puertas de la Biblioteca para acabar con los sueños de tantas personas. En cuestión de horas comenzó  una nueva época de ignorancia y oscuridad. Fue el fin de Alejandría.
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No fue difícil encontrarla, su cúpula se veía por encima del resto de edificios. Pronto me hallé ante aquella grandiosa entrada al saber y nada más cruzarla supe que aquél era mi hogar. Anduve hasta el centro de aquella enorme sala para poder contemplar lo que me rodeaba.
Miles de estanterías repletas de volúmenes se alzaban orgullosas por toda aquella estancia. Cada uno de esos tomos me llamaba para adentrarme en la historia que narraban sus hojas. Parecía imposible que aquello hubiese sido creado por alguien. La exquisitez de las columnas talladas cuidadosamente en piedra maciza, el tono dorado de la cúpula adornada con esculturas maravillosas que jamás viera el hombre, todo invitaba a permanecer hasta que memorizara cada rincón de esa impresionante biblioteca.
Pero pronto me acordé de lo que me había llevado hasta allí. No me iría sin  leer “Antígona” de Sófocles, aunque pareciese difícil de encontrar.
Sin más demora lo busqué en la estantería cercana pero al fracasar en el intento decidí preguntarle a un hombre cargado con volúmenes.
- Perdone, ¿sabría usted dónde puedo hallar los tomos de Sófocles?
- Todos los documentos están colocados según el tema y el autor. Búsquelo por orden alfabético - después de decir eso se giró marchándose. Cuando por fin había encontrado el estante de Sófocles, una densa nube de humo lleno la sala.
Empezó a hacer calor  y al darme la vuelta vi como, lenguas de fuego devoraban cualquier documento que hubiese a su paso. El fuego, al igual que la muerte, no hacía distinciones. El hombre al que había hablado antes se lanzó, sin pensárselo dos veces, a intentar rescatar algunos de los libros que amenazaban con ser destruidos pero las llamas pudieron con él y con tantas otras personas que su amor por la cultura les llevó a arriesgar su propia vida.
Estaba paralizado, no sabía como debía responder en aquella situación pero los empujones y gritos de los hombres que luchaban desesperados en su intento de vencer a la destrucción me llevaron de vuelta a la realidad. Mis movimientos estaban mecanizados, la mente no me respondía, por lo que lo único que podía hacer era imitar a los demás rescatando todos los volúmenes que estaban a mi alcance. Algunos estantes se fueron vaciando y otros fueron quemados en el imparable avance del fuego.
El aire se volvía denso, cada vez era más difícil respirar. Me dolían los pulmones y a cada segundo que pasaba sentía como mi final se acercaba. Las piernas me pesaban. El sueño me iba invadiendo pero no pensaba desistir. Seguí cogiendo tomos hasta que las piernas me fallaron. Ya no tenía fuerzas para luchar. Los párpados me ardían y se me iban cerrando. A quince pasos de mí el manuscrito de  “Antígona” se fundía en una danza con el fuego. Caí y temí que fuese para siempre.
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Todo quedó reducido a cenizas. Miles de las más impresionantes historias y cientos de vidas encontraron el final aquel funesto día. La Muerte y la Destrucción se abrieron paso por las grandes puertas de la Biblioteca para acabar con los sueños de tantas personas. En cuestión de horas comenzó  una nueva época de ignorancia y oscuridad. Fue el fin de Alejandría.